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Definición Transpersonal, según el Diccionario Crítico de las Ciencias Sociales
El término Transpersonal denomina a una corriente de pensamiento surgida del Movimiento del Potencial Humano, conocido en Europa como Psicología Humanista, que comenzó en los EEUU a finales de los años 60.
En 1966, el grupo de editores del Journal of Humanistic Psychology, comenzaron a observar una tendencia, tanto en su publicación como en general en el movimiento humanista americano, a interesarse por temas trascendentales. A. Maslow y otros colaboradores como Toni Sutich, comenzaron a hacer declaraciones en la línea de: “el concepto de auto-actualización no es suficientemente comprehensivo”, o señalando: “el interés para la psicología de los estados místicos, modificados por consideraciones humanísticas y por la occidental actitud empírica”. Fruto de esta constatación surgió la idea de una publicación para la que Maslow propuso el nombre de “Transhumanista”, término acuñado por Sir Julian Huxley (1957). Previa selección frente a otras propuestas y tras consulta con el autor, el 14 de Septiembre de 1967, Maslow, recién elegido presidente de la American Psychological Asociation, presentó en sociedad la Transhumanistic Psychology.
Tres días más tarde Maslow anunció la puesta en marcha de la revista Journal of Transpersonal Psychology, para la que se eligió un Comité de Organización y se repartieron responsabilidades. Sin embargo, a principios de 1968, durante una reunión en la que tomaban parte Maslow, Viktor Frankl, Stanislav Grof y James Fadiman, vista la oposición que había levantado la elección del término “transhumanista”, se recomendó “Transpersonal” como más adecuado para el título de la revista, sugerencia que fue inmediatamente aceptada.
Sin embargo, las discusiones sobre la autoría del término no acabarán aquí. Miles A. Vich (1990), editor del Journal of Transpersonal Psychology, señala que Toni Sutich ya utilizaba el término en 1967 citando como fuente una comunicación de Stanislav Grof, psiquiatra checoeslovaco pionero de la investigación con LSD . El escritor y filósofo Dane Rudhyar en Rhythm of Wholeness (1983), reivindica el término como de origen jungiano y afirma haberlo utilizado desde 1930. Uno de los biógrafos de William James, R.B.Perry, describe en The Thought and Character of William James, vol.2,(1936), el uso del prefijo trans, incluido trans-personal para señalar aspectos que aparecen en el pensamiento transpersonal contemporáneo. También se ha mencionado a Roberto Assagioli creador de la Psicosíntesis (Weil,P.;1988) y a Emmanuel Mounier (Descamps,M-A;1987) fundador del personalismo, como acuñadores del término.
En el primer número del Journal (1969), Toni Sutich propuso esta definición: “Transpersonal es el título dado a una fuerza que emerge en el campo de la psicología por obra de un grupo de psicólogos y de profesionales de otros campos, quienes se interesan en esas capacidades y potencialidades humanas últimas que no tienen lugar sistemático en una teoría positiva o conductista (primera fuerza), en la teoría psicoanalítica clásica (segunda fuerza) ni en la psicología humanista (tercera fuerza). Esta emergente psicología transpersonal (cuarta fuerza) se ocupa específicamente del estudio científico empírico y de la implementación responsable de los descubrimientos pertinentes, del devenir, las meta-necesidades del individuo y de la especie, los valores últimos, la conciencia unitiva, las experiencias cumbre, los valores B, el éxtasis, la experiencia mística, el temor reverencial, el ser, la autorrealización, la esencia, la beatitud, el prodigio, el sentido último, la trascendencia del sí mismo, el espíritu, la conciencia cósmica, la sinergia del individuo y de la especie, el encuentro máximo interpersonal, la sacralización de la vida cotidiana, los fenómenos trascendentes, la autoironía y el espíritu de juego cósmicos, la máxima toma de conciencia personal, la capacidad de respuesta y expresión, y conceptos, experiencias y actividades relacionadas con todo ello. En cuanto definición, esta fórmula ha de entenderse como sujeta, parcial o totalmente, a interpretaciones individuales o grupales optativas con respecto a la aceptación de sus contenidos como esencialmente naturalistas, teístas, sobrenaturalistas, o de cualquier otra designación clasificatoria”. (Sutich:1969a)
En 1992, 23 años después de la definición que venimos de citar, Lajoie, D.H.y Sapiro, S.I. hicieron un estudio exhaustivo de las diferentes definiciones de Psicología Transpersonal que ha proporcionado la literatura psicológica. Los autores cuantificaron los temas más frecuentemente mencionados en las 40 definiciones seleccionadas entre las 202 fuentes consultadas y propusieron una nueva definición: “La Psicología Transpersonal se dedica al estudio del más alto potencial de la humanidad y al reconocimiento, comprensión y realización de los estados de conciencia unitivos, espirituales y trascendentes”. (Lajoie & Shapiro:1992)
Como se puede observar, la nueva definición es una sucinta integración de los temas fundamentales. No aparecen temas como “más allá del ego o del self”, “experiencia transpersonal”, “transcultural”, “holística”, etc, que siempre habían caracterizado al movimiento. De todas formas, como señala M.A.Vich (1992), tanto la psicología transpersonal como su definición continuarán evolucionando, puesto que, a pesar del camino recorrido, este ámbito de la psicología es sobre todo un proyecto en marcha.
La Psicología Transpersonal surge para abordar cuestiones que la Psicología mayoritaria había marginado debido a una serie de creencias falsas que funcionan como limitaciones para la comprensión de la naturaleza humana. La primera de estas falsas creencias es que el desarrollo psicológico cesa al acceder a la madurez, creencia que comienza a ser desmentida desde las propias instancias de la Psicología Evolutiva oficial. La segunda es que la salud psicológica puede ser deducida del estudio de la patología. La tercera, que las experiencias místicas o transpersonales son insignificantes o patológicas.
Acompañando a estas creencias falsas, la psicología tradicional ha evolucionado en base a los métodos aceptados por la comunidad científica y, como dijo Maslow, cuando la única herramienta es un martillo, todo empieza a parecerse a un clavo. El cientifismo y su soporte filosófico, el positivismo lógico, que se pretenden la única forma válida de producción de conocimiento, han sido un lastre importante para la evolución del saber antropo-social, empujándole hacia una concepción anticuada de las ciencias naturales. Paradójicamente, en el mismo momento que la conciencia era eliminada de la psicología en nombre de la física, esta progresista disciplina volvía a necesitar de la conciencia para formular las leyes de la mecánica cuántica.
Cuando comenzaron los estudios psicológicos dedicados a la salud psicológica, se encontraron enfrente una tradición y un problema metodológico; como ya señalara Maslow: “simplificando el asunto, es como si Freud nos hubiese proporcionado la mitad enferma de la psicología y nosotros tuviésemos que rellenar la mitad sana.”(Maslow:1968). Además, las investigaciones eran muy subjetivas y las cualidades de la salud identificadas muy abstractas. Sin embargo, Maslow descubrió que varios de los sujetos identificados como particularmente sanos, habían experimentado lo que él llamó “experiencias cumbre” y se propuso investigarlas. En un primer momento fueron reconocidas en otras culturas y tiempos históricos, con otros nombres y circunstancias. Se descubrió que existían clasificaciones y descripciones de las formas de llegar a ellas. Si en un principio Maslow pensaba que éstas se producían espontáneamente, pronto se vio que podían ser inducidas por actividades como la meditación, hipnosis, psicoterapia, sustancias psicodélicas y otro tipo de modificaciones químicas o neurológicas, reducción o intensificación de la estimulación externa o la actividad motriz, intensificación o descenso de la atención, etc.
En principio, la Psicología Transpersonal comenzó estudiando las características, efectos y significado, así como los medios de llegar a estas experiencias cumbre, místicas, estéticas, trance, iluminación, etc. El nombre del movimiento incluso, recrea la sensación característica de expansión de la identidad “más allá” o “a través” (trans) de la persona (máscara). Pero, para incluir esta fenomenología en su campo de estudio, se necesita una nueva imagen del ser humano que obliga a un replanteamiento de las bases teóricas de la investigación psicológica. Desde esta perspectiva, proponen la inclusión e integración de aspectos tratados parcialmente por otras psicologías en una teoría unitaria: una visión ampliada de la psicología evolutiva, desde la infancia hasta los niveles transconvencionales de desarrollo, la integración de las aportaciones de las diferentes corrientes y sistemas de la psicología y una epistemología expandida que incluya como formas de adquisición de conocimiento la sensorial, la mental y la contemplativa.
Repasando el cuadro de colaboradores del Journal, observamos que no ha sufrido grandes variaciones en sus 25 años de historia. Algunos miembros del grupo fundador han desaparecido, como Maslow (1908-1970), A.Sutich (1907-1976), o Sidney M. Jourard (1926-1974), así como otros que participaron desde el principio, como el filósofo Alan Watts (1915-1973), el escritor Arthur Koestler (1905-1983), los psicólogos Robert Hartman (1910-1973) y Charlotte Buhler (1893-1974), el fundador de la Psicosíntesis, Roberto Assagioli (1888-1974), el primer lama tibetano que ocupó un puesto en una Universidad occidental Chögyam Trungpa (1939-1987), etc. Entre los primeros que animaron la revista encontramos personajes conocidos del mundo de la psiquiatría y psicología académica, especialmente asentados en EEUU, como: Medard Boss, J.F.Bugental, Viktor Frankl, Charles T. Tart, Stanislav Grof, Herbert V. Guenther, Houston Smith, Alyce y Elmer Green, Stanley Krippner, etc.
Como señala Vich (1990), un número importante de profesionales ha gravitado desde la psicología humanista hacia la transpersonal pero otro grupo importante no ha llegado por ese camino sino por el camino de las artes contemplativas; meditación, Yoga, artes marciales, etc., y por el camino de la Psicoterapia; los que han descubierto los nuevos territorios de los métodos de investigación empírica de la toma de conciencia, las tecnologías de investigación de la conciencia y, también, los que han recuperado los documentos antiguos, las disciplinas tradicionales, los caminos y sendas espirituales, todos ellos componentes de lo psicológico.
En 1986, Davis & Wright, realizaron un trabajo de investigación sobre la formación en Psicología Transpersonal. Se investigaron 94 cursos de formación aunque de ellos sólo se seleccionaron los que tenían rango universitario, lo que redujo el número a 30, de los cuales sólo 21 aportaron información.
Nueve de los veintiún cursos incluían la etiqueta “Psicología Transpersonal” en sus títulos. Quince se impartían en Departamentos de Psicología perteneciendo los demás a Educación, Psicología de la Educación o Ciencias Sociales. Del conjunto de programas encuestados el tema más tratado era “conciencia y estados alterados de conciencia” (81%). A continuación se situaban: “principios filosóficos de la Psicología Transpersonal”, “técnicas de meditación” y relaciones entre Psicología Transpersonal y religión”. Cerca del 50% trataban el “Modelo del Espectro” de Ken Wilber (1977). Psicoterapia, Psicología Budista, Yoga, Imaginería y Visualización, Física conceptual, Psicología Cognitiva, Psicología Dinámica, Misticismo Cristiano, etc. eran también temas frecuentemente mencionados.
En los nueve programas titulados “Psicología Transpersonal” se enfatizan los temas relacionados con la Psicoterapia, Psicología Cognitiva y Técnicas de Meditación, descendiendo ostensiblemente el interés en la religión, la física y otras cuestiones menos relacionadas con la Psicología.
A partir de este estudio podemos concluir que la Psicología Transpersonal se propone integrar aportaciones provenientes de diferentes disciplinas: Psicología Cognitiva, Psicología Dinámica, Psicoterapia, Educación, Antropología, Física, Teología, etc. Además, la Meditación parece ser la técnica fundamental, ocupando el papel que puede tener la libre asociación en el Psicoanálisis o el Condicionamiento Clásico y Operante en el Conductismo.
El ámbito de influencia de la Psicología Transpersonal ha ido extendiéndose paulatinamente y más que ceñirse al campo de lo psicológico, hoy día recubre todo el espectro del conocimiento humano resultando una forma integrativa de comprensión del Universo y sus criaturas, en otros términos un auténtico Paradigma.
Por Fernando Rodríguez Bornaetxea
Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea
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BIBLIOGRAFIA
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DESCAMPS, M-A: (1987) Qu’est-ce-que le Transpersonnel?, Trimegiste, París.
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