Gracias al ego se expande la conciencia
Si el ego no muere, no se manifestará la divinidad en nosotros, dicen algunos. Si matamos el ego volveremos a la dimensión animal, dicen otros.
No hay evolución sin expansión de la conciencia y, para que esto suceda, solo hay un camino, el de la integración. Si excluimos nos escindimos y la conciencia se limita. Si integramos, sumamos y la conciencia se expande.
Es gracias al ego que nos diferenciamos de los animales. La cuestión es: al servicio de qué ponemos nuestro ego? Al servicio del orgullo, de la avaricia, etc.? o al servicio de nuestro potencial evolutivo y de la parte más sabia en nosotros?
La evolución tiene un sentido y que el ego y la conciencia nos diferencien del reino animal, también. Por eso podemos decir que, sin ego, el crecimiento de la conciencia es limitado. Que gracias al ego puedo abrazar un potencial mucho más grande, porque el ego me sostendrá y me permitirá asimilar contenidos que van más allà de mi yo individual. Gracias al ego estos contenidos no me sobrepasarán, ni me perderé en ellos. Y también gracias al ego no me perderé en los otros. Gracias al ego podré crecer desde mi individualidad a dimensiones más elevadas y expandirme hasta la conciencia cósmica. Podré canalizar mi creatividad y así se podrá materializar de forma sana y satisfactoria. Es el ego el que hace posible todo esto, el que practica una entrega sana y enriquece con la propia unicidad. Sin el ego, puedo encontrarme en situaciones dolorosas, com son la sumisión, la incapacidad de poner límites y de manifestar lo que soy realmente, que es a la vez mi propia unicidad, lo que puedo aportar al mundo.
Es necessario un ego fuerte, sólido y flexible que pueda frenar todo lo interno o externo que atente contra mi integridad. Con él podré recibir de forma consciente contenidos que afloran del inconsciente y así clarificar mis sombras.
Es necesario un ego fuerte, sólido y flexible que pueda acoger experiencias de trascendencia que iluminen la materia para que ésta irradie su propia luz. Y, a través de la luz de la conciencia, puedan reencontrarse cielo y tierra en nuestra huma-unidad.
Meritxell Masachs Serra, licenciada en psicología (col.7963)