¿Era C.G.Jung un chamán?
Comparto a continuación algunos textos extraídos del libro «Jung and shamanism in dialogue» de C.Michael Smith.
Así como el territorio de un chamán/a clásico es el alma y sus desórdenes, la psicología de Jung es una teoría y terapéutica del alma, que desarrolló, como un chamán/a, más allá de su propio proceso e iniciación personal. Así como un chamán/a se mueve en la realidad no ordinaria, el mundo inferior, el mundo intermedio y el mundo superior, Jung navegaba en reinos similares, quizás los mismos, a los que llamó inconsciente colectivo. Jung hizo lo mismo que un chamán/a tradicional, diseñó un mapa de la geografía no ordinaria y sagrada para su propia gente. De la misma manera que un buscador/a de visión descubre su propósito de vida y luego lo ofrece para el beneficio de su tribu y de la tierra a la que pertenece, Jung ofreció los resultados de su ‘nekyia‘ a la cultura occidental. Este viaje es heroico, involucra un descenso, un importante descubrimiento, y un retorno para beneficiar a la gente y a la tierra.
A diferencia de la mayoría de los chamanes/as, Jung no usaba percusión para entrar en trance, para potenciar los procesos imaginales, pero sí que empleaba un método similar al descenso hacia abajo, un ‘dejarse caer’ e intencionalmente encontrar la presencia de espíritus en el inconsciente (imaginación activa). Casi seguro que el inconsciente personal y colectivo son designaciones modernas de la antigua realidad no ordinaria de los chamanes/as. Jung tenía sus guías espirituales (Elijah, Salomé, Philemon, Ka) que lo llevaron a descubrirse a sí mismo, y a descubrir las dimensiones psíquicas transpersonales objetivas que había más allá de sí mismo. Él a veces se refería a estas entidades con las que tenía conversaciones como espíritus, aunque se mantenía cauteloso respecto a usar el idioma espiritista ante lectores científicos modernos. Como el chamán/a tradicional, fue a través de su relación con la presencia de estos espíritus que aprendió mucho sobre el alma humana, y así dio forma a su propia teoría psicológica y a su propio método de trabajo. Esto no es diferente al chamán/a tradicional que es conducido por el espíritu, o por espíritus, respecto a como debe vivir, trabajar, o sanar a otros.
Jung no fue un psicopompo en el sentido tradicional de acompañar las almas de los muertos hasta su morada en el otro mundo, el mundo de los muertos, o el reino de la luz. Tuvo un profundo insight en el sentido psicológico de la muerte y la relación entre la muerte y el proceso de renacimiento , y creyó que había un proceso psico-espiritual de muerte/renacimiento en la mitad de la vida. Esta muerte/renacimiento fue su iniciación al inframundo en la mitad de su vida. Jung también sentía que sus pacientes mentales en el asilo de Burgholzli eran almas perdidas, que pasan ratos en la tierra de los muertos, una intuición de que las personas que experimentan psicosis están perdidas en el mundo diario o realidad ordinaria y están perdidas en el reino imaginal de la realidad no ordinaria (el inconsciente colectivo). […] Ciertamente, a través de su práctica analítica y psicoterapéutica , era capaz de facilitar la recuperación de las almas, no a través de experiencias de trance, sino a través del análisis de los sueños, de la transferencia y la contra-transferencia, y a través del poder de la profunda relación con él.
El chamanismo siempre tuvo una relación estrecha con la naturaleza, con la madre tierra y los espíritus de la naturaleza. Para Jung la naturaleza estaba viva y era sagrada (numinosa). Jung tenía un profundo amor y respeto por la naturaleza y la solitud, y sabía que periódicamente necesitaba realizar ‘búsquedas de visión’ en su retiro de Bollingen. Ahí se sentía uno con la naturaleza, describe fusiones místicas, como si fuera salpicadura de olas, el viento en los árboles, la sustancia de las piedras y la tierra. Como el chamán/a tradicional que se sana a sí mism@ mediante retiros solitarios, realizando mini búsquedas de visión, en Bollingen, Jung sintió que podía tocar su núcleo, el Self o Sí Mismo, recargarse o renovarse a sí mismo y a su visión, y sanarse de las tensiones de la vida. Sintió que en Bollingen estaba en medio de su vida verdadera. En Bollingen Jung vivía de forma muy simple. Cortaba su propia leña, iba a buscar su propia agua, se iluminaba con lámparas de queroseno, cocinaba sus propias comidas. Meditaba y llamaba los espíritus a través de la imaginación activa y el análisis de sus sueños. Solo aceptaba visitantes cuando alzaba una bandera especial desde la torre. Bollingen constituía el espacio sagrado personal de Jung, el lugar para su práctica psico-espiritual altamente disciplinada, el lugar de su renovación y búsqueda de la visión.
Hemos revisado el principio y la mitad de la vida de Jung y hemos encontrado muchos elementos chamánicos. Jung parecía haber topado con una forma de ser chamánica, de conocer y de sanar, sin los apoyos estándares de la cultura tradicional chamánica, que tradicionalmente han disfrutado los chamanes. En ausencia de rituales chamánicos y sistemas de pensamemiento que servían de marco de referencia, Jung tuvo que someterse a su propia y original experiencia con la ayuda de Emma Jung y Toni Wolf. Sufrió su propia y valiente iniciación, y tuvo que llegar a su propia metodología y lenguage del alma. Debido a esta calidad original de sus descubrimientos, desarrolló nuevas aproximaciones y conceptos que eran a la vez compatibles con el chamanismo y que podían extender a éste más allá de su dominio tradicional para ir al mundo de la cultura post-moderna.