ANTIGUAS DIOSAS MADRE Y LA VIRGEN MARÍA
«Varias deidades femeninas del antiguo mundo mediterráneo se han interpretado como encarnaciones de la idea de la ‘antigua madre’. Por ejemplo,las diosas griegas Gea, Rea, Démeter y Hera compartían los atributos de la nutrición y la fertilidad y, en un sentido amplio, estaban relacionadas con la naturaleza. Cibeles, gran diosa madre de la Tierra que surgió en Frigia, en la zona central de Asia Menor (la actual Turquía), probablemente es la divinidad más próxima al concepto de diosa suprema de la Tierra. Los romanos la llamaron Magna Mater (gran madre) y fue tal su influencia que, en 204 a.c. y a petición del oráculo de Delfos, su estatua fue trasladada en barco de Pérgamo -en Asia Menor- a Roma, con la convicción de que ayudaría a los romanos en la guerra con los cartagineses.
Gracias a la extensión del cristianismo, el culto público se centró cada vez más en una suprema deidad masculina. Sin embargo, la religión y las creencias populares sobre el mundo natural mantuvieron viva, al margen de la Iglesia, la referencia a la madre Tierra. […] En Eleusis, en el Ática, los campesinos griegos siguieron adorando a Démeter incluso en los tiempos modernos y la llamaron señora de la Tierra y el mar.
En el año 431, la virgen María fue declarada oficialmente madre de Dios, por lo cual heredó el título de Cibeles, a la que los griegos llamaban Meter Theon,es decir, madre de los dioses. El concilio en el que se estableció la categoría de María se celebró en Éfeso, centro de culto a la diosa en la antigua Grecia. El culto a la bendita virgen María se extendió rápidamente por el mundo cristiano y sigue floreciendo incluso en nuestros días. María asimiló muchos atributos de las diosas precristianas y varios santuarios marianos anteriormente estaban consagrados a deidades femeninas. Por ejemplo, Epifanio-que fue patriarca de Constantinopla en el siglo IV- vio que las árabes hacían ofrendas a la virgen en el mismo santuario en que sus antepasados habían adorado a Ashtoreth, diosa de Oriente Próximo. Los indígenas mexicanos aceptaron como símbolo nacional a la virgen de Guadalupe porque la consideraron encarnación de Tonantsi, diosa madre y de la Tierra de los aztecas.»
Brian Leigh Molyneaux